Aunque la Biblia se refiere a distintos tipos de amor, su mensaje primordial nos habla del amor único del Señor: el amor de Dios por su creación, por el pueblo del Pacto (Israel y la Iglesia) y por su Hijo Amado. De ahí su llamado para amarlo a Él y al prójimo
Marcos 12.30-31 En esta escritura Jesucristo dice cuál es el mandamiento más importante que existe en toda la Biblia: El mandamiento del Amor. Él resume las Escrituras a los mandamientos de Amar a Dios sobre todas las cosas y no obstante, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas y Amar a tu prójimo como a ti mismo.
Amar a Dios sobre todas las cosas tiene cuatro puntos importantes:
1. Con todo tu corazón. El corazón es el órgano vital del cuerpo sin el cual no podemos bombear sangre hasta nuestro cerebro y hacia las demás partes del cuerpo. Es, sin lugar a dudas uno de los órganos más importantes, junto con el cerebro, que puede existir en nuestro cuerpo. Sin embargo, en la época en la que fue escrita la Biblia, el corazón lo era todo. Esto es como decir: Amarás a Dios con tu todo. Si el corazón deja de funcionar o está mal, todo el cuerpo comienza a morir. Amar a Dios con todo tu corazón es servirle con todo tu ser, es una entrega por completa, no es a una iglesia o religión, a un pastor, sacerdote, líder o ministro, es a Dios, y cuando eso tú lo entiendes, tu sacrificio por estar junto a Dios todos los días, desde que te levantas, hasta que te acuestas, de estar siempre en las cosas del Señor, de llevar su Palabra, de compartirla, de vivirla a Diario, crece. Amar a Dios con todo tu Corazón es disponer tu vida completa al Servicio del Señor.
2. Con toda tu alma. El alma es la Psiquis, el ser, lo que hace que respiremos, hablemos, caminemos y seamos nosotros. Es ese soplo de vida que se nos va cuando nos morimos. El alma no se corrompe, el alma es tu esencia, lo que eres. Cuando amamos al Señor con nuestra alma, lo amamos con todo lo que somos. Dejamos de ser lo que somos para que nuestro lugar lo ocupe Dios. Vemos las cosas como las vería Dios, tratamos a los demás como los trataría Dios, hacemos las cosas que honran a Dios y dejamos de hacer las cosas que no le honran.
3. Con toda tu mente. La mente es esa parte del cerebro (el otro órgano más importante del cuerpo vivo) que Dios nos hizo privilegiado porque le dio el pensamiento. Es nuestro pensar. El alma es nuestro sentir y actuar, mientras que la mente es nuestro pensar. Las buenas o malas actitudes y/o acciones comienzan en nuestra mente, llegan a nuestra alma y se refleja con cada una de las partes físicas del cuerpo. Cuando amamos al Señor con toda nuestra mente es cuando todos nuestros pensamientos van dirigidos a Él. En una ocasión me tocó leer un libro, creo que era Una Vida con Propósito, ahora no recuerdo cuál era, lo que sí recuerdo fue lo que me impactó de lo que decía acerca del pensamiento y el ser puestos en el Señor. Decía que podemos trabajar y tener la mente puesta en Dios; si tengo que usar el teclado, mi atención puede estar en la computadora y mi mente puesta en Dios, así podemos amar a Dios con toda nuestra mente.
4. Con todas nuestras fuerzas. Tampoco entremos en discusión de cuál es el sexo débil o fuerte. La fuerza es ese ánimo de vivir, ese vigor, eso que se nos va o se nos agota cuando estamos enfermos o en depresión o sin ánimo. Aquí las fuerzas no se refieren solamente a la fuerza física, sino a la intelectual, a la espiritual, a nuestra razón de vivir. Amar a Dios con todas nuestras fuerzas es que Dios sea toda nuestra Razón para vivir y, cuando Él decida que no lo hagamos más, saber que le dimos todas nuestras fuerzas a Él.
En el Antiguo Testamento se celebra el Amor de Dios al escoger a Israel. Eso podemos verlo en Dt.7.12-13
"Por haber oído estos decretos, haberlos guardado y puestos por obra, Jehová, tu Dios, guardará contigo el pacto y la misericordia que juró a tus padres. Te amará te bendecirá y te multiplicará, bendecirá el fruto de tu vientre y el fruto de tu tierra, tu grano, tu mosto y tu aceite, la cría de tus vacas y los rebaños de tus ovejas en la tierra que juró a tus padres que te daría". Y se explica con ternura (Os. 1.6-7)
En el Nuevo Testamento se dice que Dios es Amor (1 juan 4.16) y Pablo destaca el amor de Dios por los pecadores manifestado en la muerte sacrificial de Jesús. El amor se celebra como la virtud suprema. Donde hay Amor no falta NADA